España se sitúa como el segundo país de la Unión Europea con la tasa de fertilidad más baja, sólo por detrás de Malta. Además, con 1,3 hijos por mujer, las españoles son las europeas que más retrasan su maternidad. Y es que un 7,4% de los nacimientos que se registran en nuestro país proceden de madres mayores de 40 años.
Evitar determinados hábitos poco saludables como fumar o beber alcohol, llevar una dieta sana y equilibrada y dejar a un lado el estrés pueden ayudar a que la mujer alcance su objetivo de ser mamá.
Pero, si no puedes quedarte embarazada de forma natural, puedes recurrir a tratamientos de fertilidad que te permitan tener un bebé. Para ello, podrás planificar tu gestación con una calculadora de embarazo y hacer que este proceso sea más sencillo. ¿Quieres conocer cuáles son las principales técnicas de reproducción asistida? ¡Sigue leyendo!
Cuando el embarazo no llega: Principales tratamientos de fertilidad
La infertilidad es un problema muy común. De hecho, se calcula que seis de cada diez parejas encuentra dificultades para conseguir el embarazo y un 15% de las parejas que desean concebir tiene algún problema de fertilidad.
Según apuntan los expertos, la edad más fértil de una mujer se sitúa en los 20 años. A partir de ahí, las posibilidades de concebir se van reduciendo alrededor de un 5% por cada año que transcurre.
Afortunadamente, actualmente, existen tratamientos de fertilidad encaminados a conseguir el embarazo y son muchas las mujeres que cumplen el sueño de ser madres. Repasamos cuáles son los principales tratamientos de fertilidad a los que se puede recurrir cuando el embarazo no llega:
Inseminación artificial
La inseminación artificial es uno de los principales tratamientos de fertilidad que escogen las parejas que aparentemente no presentan ningún problema de fertilidad.
Este tratamiento consiste en estimular los ovarios de la mujer durante un periodo de diez días con un tratamiento hormonal. De este modo, cuando llega el momento de la ovulación, se deposita en el interior del útero una muestra de semen en buenas condiciones.
En la inseminación artificial, la muestra del semen puede ser de la pareja o de un donante, en caso de que la mujer desee ser madre soltera.
Fecundación In Vitro
La fecundación In Vitro o FIV es uno de los tratamientos de fertilidad más complejos que existen hoy en día. Se trata, básicamente, en la unión de un óvulo con un espermatozoide en un laboratorio con el objetivo de obtener embriones viables para ser transferidos al útero materno y conseguir así el embarazo.
Son varias las fases a las que se debe someter una mujer que decide poner en marcha una FIV. La primera de ellas, es la estimulación ovárica a través de un tratamiento hormonal para obtener óvulos óptimos para la fertilización.
Una vez obtenidos los óvulos a través de una punción ovárica, estos son fecundados in vitro en un laboratorio. Este es el lugar donde se cultivan durante unos días a la espera de que se obtenga algún embrión viable para la transferencia al útero.
Finalmente, uno o varios de esos embriones se vuelve a transferir a la cavidad uterina y los embriones restantes se preservan criogenizados en un laboratorio para un posible uso en el futuro.
La FIV está indicada para mujeres que han pasado por varias inseminaciones artificiales y no han conseguido el embarazo. También es adecuada para mujeres con una endometriosis que tengan afectadas las trompas o en mujeres con una edad avanzada y con unos óvulos de baja calidad.
Se ha demostrado que la fecundación in vitro ofrece una tasa de embarazo superior a la inseminación artificial o a las relaciones sexuales programadas.
Como ves, existen algunas alternativas que te permiten tener a tu bebé y que así te conviertas al fin en mamá.